Tener un perro en casa hace una gran diferencia, hace años adopte a «Cabo» un hermoso Schnauzer mini que una amiga ya no podía tener en casa. Nos llenó de alegría y vino haciendo desastres desde el primer día. En sus primeras horas se subió a comer mi cena cuando recién la servía, siguieron una serie de travesuras que incluían destrucción de muebles, cojines y cualquier cosa que le interesara.
Y ese hermoso Cabo se hizo miembro de nuestra familia. Cuatro años después infortunadamente murió envenenado por un joven trastornado y sufrimos un duelo, un gran dolor porque se pierde igualmente a un miembro de la familia y se extraña escuchar sus pasitos, mirarlo caminar y ladrar.
Unos meses después llegó a nuestra familia «Thor» que me hace preguntar cómo podría vivir sin un perro en casa, dando tanto amor cuando llegó, que se acueste en mi pies si estoy trabajando, que duerma conmigo y me arañe la cabeza si no quiero levantarme, que sepa cuando me siento mal y me insista en que lo cargue y fastidiar más de lo usual.
Si tienen un perro y otra mascota, lo entenderán. Y si aún no tienen un perro, los invito a leer todos los estudios científicos que han demostrado los beneficios para la salud mental y física porque les aseguro que los obligan a llevarlos a pasear. Dan amor incondicional y te ayudan a ser responsable porque esa pequeña criatura depende de vos y tu atención.