El cambio climático no espera y la humanidad enfrenta una encrucijada crítica. Esta semana, las Naciones Unidas lanzaron un dato alarmante: solo un 14 % de posibilidades de limitar el calentamiento global por debajo de los cruciales 1,5 °C. Una advertencia clara de que el Acuerdo de París, concebido en 2015 para frenar el cambio climático, está en peligro. La COP28, que se llevará a cabo en Dubái del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023, emerge como la última esperanza para corregir el rumbo.
La Cruda Realidad
Las cifras son desoladoras. En 2022, las emisiones de gases contaminantes alcanzaron un récord de 36,800 millones de toneladas, y ni siquiera los países del G20, los principales contaminantes, reducen sus emisiones de manera coherente. El Secretario General de la ONU, António Guterres, denunció la falta de liderazgo y calificó la situación como una traición a los más vulnerables.
El planeta ya muestra señales inequívocas de un calentamiento acelerado. Entre noviembre de 2022 y octubre de 2023, la temperatura promedio global superó los 1,3 °C por encima de las temperaturas preindustriales. Un día, por primera vez, alcanzamos los 2 °C, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus. Aunque no es una tendencia sostenida, es una advertencia escalofriante de lo que podría venir.
La Controversia en COP28
La COP28 se celebra en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, un país que figura entre los 10 principales productores de petróleo. La paradoja es evidente al nombrar como presidente de las conversaciones al director ejecutivo de la petrolera estatal.
La controversia central se centra en el futuro de los combustibles fósiles. Mientras la industria propone una «reducción gradual», algunos gobiernos, como la Unión Europea, abogan por una «eliminación gradual». La COP28 será un escenario de debate intenso entre las agencias de la ONU, activistas y la industria.
«Es como nombrar al director ejecutivo de una tabacalera para una conferencia sobre curas para el cáncer. La gran controversia girará en torno al futuro de los combustibles fósiles».
Zeina Khalil Hajj, Activista de 350.org
Environmental and Social Justice expert for more than 25 years
Dinero y Ayuda para los Países Pobres
Otro punto álgido será el tema financiero. La creación de un fondo de «pérdidas y daños» en la cumbre anterior busca que los países ricos respalden económicamente a los más pobres frente a los impactos del cambio climático y faciliten la transición hacia energías limpias. Sin embargo, países como Estados Unidos ya han rechazado participar en este tipo de reparaciones climáticas. Además, surge la preocupación sobre la efectividad del financiamiento, dado que fondos destinados a este propósito terminaron en proyectos extraños, como plantas de carbón y cadenas de chocolaterías.
La Emergencia Ya Comenzó
La emergencia climática ya está afectando al 90 % de la población mundial, según Climate Central. El calor extremo, tormentas y huracanes catastróficos, el derretimiento de glaciares y el aumento del riesgo de enfermedades infecciosas son la realidad cotidiana. La ONU estima que factores ambientales cobran la vida de 13 millones de personas al año.
La COP28 se convierte, entonces, en una encrucijada decisiva para la humanidad. Los líderes mundiales deben lograr resultados «ambiciosos, creíbles y justos», como instó el Secretario General de la ONU, António Guterres. La urgencia es palpable, y la acción no puede postergarse más. Compartamos esta realidad, exijamos acciones concretas y asumamos la responsabilidad de proteger nuestro único hogar, la Tierra.